Isn't there a place between?
Home to stay-Josh Groban
Home to stay-Josh Groban
La casa vacía, la vida tirada, y su corazón palpitaba como si no quisiera,. Se había ido, como en un suspiro la había tenido y en el mismo se había largado.
Recordaba cada beso, cada caricia, cada palabra y cada detalle tan vívido y perfecto de ella. Desde sus arranques llenos de drama, hasta la paz con la cual dormía en sus brazos.
Se iba a Francia, a sus sueños detenidos para soltarlos, a dejar de amarlo y vivir como no lo había hecho.
De vez en vez le escribí, le mandaba foto y notó sobre todo que hubo un cambio en aquella chica que había llevado a su vida y le había robado la vida, su rutina diaria, su vida era ella desde el instante en que había cruzado ojos con él.
Lo besó tiernamente, queriendo grabar el sabor de su beso, su aroma sutil y efímero, su beso era humedo por las lagrimas derramadas; lo dejó en claro, simple y consiso. ese sería el último. No podía seguír sus sus sueños, y menos basar su vida a las respuestas sin establidad que ella deseaba "pronto" "veremos" decía constantemente cuando se trataba de compromiso; era más que obvio para el músico de poca paga...por que l equería dar el mundo pero no en ese instante, por que no tenía nada que dar...
Y bien, podría tener a una chica a su lado, bajando sus ansias de un cuerpo extraño, de ver y volver por mismo camino pautado...podría, pero no. No quería besos ni caricias ni paplabras mitiendo por una noche amor eterno.
Y no había cartas, no había noticias, no había nada que le asegruarara que aquella chica de cabellos cortos y negros, de ojos soñadores y eternos fue suya, que vivía lejos de el...sólo quedaban las cartas y los seis meses en vela esperando su regreso. Que su chica había empacada sueños besos y su amor sin retorno. El seguía igual, rogandole a la vida que su chica mágica regresara. El espejo, le regresaba la imágen de alguien desconocido de cabellos largos y ojos perdidos ahogados en el mar de su color, la barba sin cuidad y bajo todo...él.
La casa, la calle, su vida, todo era igual, nada cambiaba ni quería que lo hiciera, todo para que ella regresara, todo para que ella volviera. Soñaba, ansiaaba y reseraba su regreso, pero el sabía más que nadie que el recuerdo era sólo eso, el recuerdo que ella se había cruzado en su camino, como una suave brisa en un día oscuro, bastaba respirar el ambiente para saber que ella se había parado en el mismo lugar. Pero bastaba de tristezas...si iba a hacer eso sería por ella.
Dentro de esos días arregló su vida, trabajaba en el bar para pagar la renta, trabajaba de camarero para sustentar su ambición de ser músico; el apartamento era diferente y quería por sobre todo, sentar cabeza.
Amaneció con ánimos renovados, sin sentir que su vida se le iba encima. Amaneció sabiendo que aquel día sería diferente a todos los anteriores, si, aun la extrañaba tanto que dolía, pero si quería recuperar a aquella chica tendría que cambiar su esquema, ser más de lo que era por que ella...era todo.
Se arreglo y salió a buscarla. Sabría Dios que encontraría pero era suficiente. Si ella no quería regresar con el, entonces que asi fuera.
-Hola-dijo la voz de su angel guardían, su chica de frente a el.
El sonrió ampliamente, queriendo abrazarla, besarla, decirle todo...
-¿si?-dijo como pudo
-¿puedo pasar?-la chica le sonreía, con aquella sonrisa que lo hipnotizaba
-si...pasa, pasa...¿gustas tomar algo? ¿un café? ¿té?
-¿cerveza?
El rió y sacó dos pequeñas latas, abrió una y la entregó a la chica, a su chica mágica
-Oey...
-¿si?-dijo el viendola que temblaba su labio que bajaba la vista, sabía queeso no sería nada bueno
-te amo-dijo simple
-¿cómo?
-estuve en Francia, en Alemania, viaje en tren, en auto, a pie...y nunca me sentí como me siento contigo
El sonreía suavemente
-tu eres mi hogar...yo...espero me perdones-bajo la vista hacia su falda de mezclilla aquella a la que ese chico rubio le fascinaba. Lagrimas sueltas y calladas caían suavemente por su rostro
-Cess-dijo el chico acercándose a ella, abrazándola suavemente y queriendo más que eso-te amo...no soy nada sin ti linda, estos meses fueron terribles...¿me perdonas por ser un idiota?
Ella rió y lo besó
-en ese caso preciosa...-dijo sonriendo-esta vez haremos bien las cosas....
-¿de que hablas?
-te presento a Bruno-dijo sonriendo mostrandole un perrito
-¿compraste un perro?
-si...estaba muy solo...pero lo criaremos juntos ¿te parece?
La chica sonrió ampliamente, y se refugió bajo los brazos de aquel hombre. Su hogar.
Recordaba cada beso, cada caricia, cada palabra y cada detalle tan vívido y perfecto de ella. Desde sus arranques llenos de drama, hasta la paz con la cual dormía en sus brazos.
Se iba a Francia, a sus sueños detenidos para soltarlos, a dejar de amarlo y vivir como no lo había hecho.
De vez en vez le escribí, le mandaba foto y notó sobre todo que hubo un cambio en aquella chica que había llevado a su vida y le había robado la vida, su rutina diaria, su vida era ella desde el instante en que había cruzado ojos con él.
Lo besó tiernamente, queriendo grabar el sabor de su beso, su aroma sutil y efímero, su beso era humedo por las lagrimas derramadas; lo dejó en claro, simple y consiso. ese sería el último. No podía seguír sus sus sueños, y menos basar su vida a las respuestas sin establidad que ella deseaba "pronto" "veremos" decía constantemente cuando se trataba de compromiso; era más que obvio para el músico de poca paga...por que l equería dar el mundo pero no en ese instante, por que no tenía nada que dar...
Y bien, podría tener a una chica a su lado, bajando sus ansias de un cuerpo extraño, de ver y volver por mismo camino pautado...podría, pero no. No quería besos ni caricias ni paplabras mitiendo por una noche amor eterno.
-o-
Y no había cartas, no había noticias, no había nada que le asegruarara que aquella chica de cabellos cortos y negros, de ojos soñadores y eternos fue suya, que vivía lejos de el...sólo quedaban las cartas y los seis meses en vela esperando su regreso. Que su chica había empacada sueños besos y su amor sin retorno. El seguía igual, rogandole a la vida que su chica mágica regresara. El espejo, le regresaba la imágen de alguien desconocido de cabellos largos y ojos perdidos ahogados en el mar de su color, la barba sin cuidad y bajo todo...él.
La casa, la calle, su vida, todo era igual, nada cambiaba ni quería que lo hiciera, todo para que ella regresara, todo para que ella volviera. Soñaba, ansiaaba y reseraba su regreso, pero el sabía más que nadie que el recuerdo era sólo eso, el recuerdo que ella se había cruzado en su camino, como una suave brisa en un día oscuro, bastaba respirar el ambiente para saber que ella se había parado en el mismo lugar. Pero bastaba de tristezas...si iba a hacer eso sería por ella.
Dentro de esos días arregló su vida, trabajaba en el bar para pagar la renta, trabajaba de camarero para sustentar su ambición de ser músico; el apartamento era diferente y quería por sobre todo, sentar cabeza.
-o-
Amaneció con ánimos renovados, sin sentir que su vida se le iba encima. Amaneció sabiendo que aquel día sería diferente a todos los anteriores, si, aun la extrañaba tanto que dolía, pero si quería recuperar a aquella chica tendría que cambiar su esquema, ser más de lo que era por que ella...era todo.
Se arreglo y salió a buscarla. Sabría Dios que encontraría pero era suficiente. Si ella no quería regresar con el, entonces que asi fuera.
-Hola-dijo la voz de su angel guardían, su chica de frente a el.
El sonrió ampliamente, queriendo abrazarla, besarla, decirle todo...
-¿si?-dijo como pudo
-¿puedo pasar?-la chica le sonreía, con aquella sonrisa que lo hipnotizaba
-si...pasa, pasa...¿gustas tomar algo? ¿un café? ¿té?
-¿cerveza?
El rió y sacó dos pequeñas latas, abrió una y la entregó a la chica, a su chica mágica
-Oey...
-¿si?-dijo el viendola que temblaba su labio que bajaba la vista, sabía queeso no sería nada bueno
-te amo-dijo simple
-¿cómo?
-estuve en Francia, en Alemania, viaje en tren, en auto, a pie...y nunca me sentí como me siento contigo
El sonreía suavemente
-tu eres mi hogar...yo...espero me perdones-bajo la vista hacia su falda de mezclilla aquella a la que ese chico rubio le fascinaba. Lagrimas sueltas y calladas caían suavemente por su rostro
-Cess-dijo el chico acercándose a ella, abrazándola suavemente y queriendo más que eso-te amo...no soy nada sin ti linda, estos meses fueron terribles...¿me perdonas por ser un idiota?
Ella rió y lo besó
-en ese caso preciosa...-dijo sonriendo-esta vez haremos bien las cosas....
-¿de que hablas?
-te presento a Bruno-dijo sonriendo mostrandole un perrito
-¿compraste un perro?
-si...estaba muy solo...pero lo criaremos juntos ¿te parece?
La chica sonrió ampliamente, y se refugió bajo los brazos de aquel hombre. Su hogar.