Ansias

"Que verte será solo el inicio antes de perder el juicio"
Ricardo Arjona

Eran ansias, ansias de besarla entre los labios, buscar sus lunares con las yemas de los dedos.
Lunares infinitos.
Recorrerla con sus labios, sentirla y hacerla suya, rasgando el cielo con uno de sus gemidos, paseando su lengua por su cuerpo, recordandole que el era suyo desde aquel instante en que la vio.

FLASHBACK

Entraba como una suave brisa, matutina, fresca, sin sentido.
Sonrió pícaramente cuando lo observó y siguió con su camino, marcando una sintonía perfecta al danzar de sus pasos.
Sonrió al verlo observándola desde el mostrador.
Dudaba. Pero el misterio de aquella chica le ganó y caminó timidamente hacia ella.
-¿buscabas algo en especial?
Sonreía, iluminando el lugar, sin preocupaciones.
-solo veo, gracias-dijo con voz dulce y melodiosa.
El asintió torpemente, y la siguió observando
-me preguntaba...-dijo después cuando pagaba en caja
-¿si?
-te...te...tegustariasalirconmigo
-¿mande?-dijo ella divertida
-que si...que si
-¡que si te gustaría salir con el!-dijo un castaño-jezz, no es tan dificil; son nueve noventa y nueve-dijo sonriendo aun dirigiendose a ella
Ella sonrió divertida, asintió hacia el chico y le entregó el dinero al castaño.
-este es mi numero-dijo la chica

FIN DEL FLASHBACK

Y no comprendía como se había logrado colar en sus pensamientos, en su razón, colando suavemente hasta llegar a su corazón pidiendo asilo y quedandose de por vida.
La AMABA en todo el sentido de la palabra, desde sus ojos pícaros, radiantes y expresivos hasta el más recóndito lunar sobre su piel.
Le gustaba amarla, sin disimulos, aprender la geografía de su cuerpo, buscar pretextos para clavarse a sus labios, quitar las incertitumbres bajo sus manos.
Echar una excusa al cielo de quedarse más sobre la Tierra. Por que ella lo era todo...y la amaba por sobre todas las cosas.
Le decía que la amaba entre las sabanas blancas que se teñian de sudores y besos intercalados con suspiros entrecortados.
Y la mejor parte de todas, era cuando ella se rendía sobre él, le mordía suavemente el lóbulo de la oreja y lo abrazaba suavemente.
-te quiero-decía llevando el viento el secreto hacia su oido
Entrelazaba sus dedos en los de él y lo besaba tiernamente en los labios.
Se paraba y caminaba, sin ver hacia atrás y el la observaba, como una escultura griega, tan bella...tan ella.
El sonreía y esperaba a que regresara a sus brazos para dormir soñando...soñando con tiempos como esos...pero sabía que aquello no desaparecería, la amaba por que eran ansias...ansias de ella, de su cuerpo, de sus palabras, ansias de amarla, sin tregua hasta que ella se rindiera y finalmente dijera lo que sus ojos gritaban, por que aquello no era querer, era más...y ella, ella más que nadie lo sabía y el, el esperaría hasta que ella lo dijera, mientras tanto, la amaría sin tregua ni descanso.