Callar y sonreír.

-pero si ni haces nada más que tarea-Me dice un amigo, recriminando al otro lado de la pantalla, que no salgo, que me la paso en la uni, que ya no le cuento nada...

Sonrío complice de mis aventuras, ¡vamos! ¿Por qué he de contar todo, si simplemente es mejor callar unas tantas cosas?. Creo que se acostumbró a la anterior “Carmina” pero bueno, ¡lastima! Se tendrá que acostumbra a la nueva…

Lo dejo creer que sólo hago tarea, que mi ñoñez esta alcanzando niveles insuperables, que volví a ser la niña que no salía de casa (ja)

Platicamos, largo y tenido, cuatro años de conocernos, cuatro años y dice que me conoce –no lo niego, me conoce, no tanto como desea... pero me conoce, Le tocó conocer a la niña, no a la mujer, la que ahora decide decir que no y si le parece ¡bien! Y si no pues…¡ni que hacerle!

-pero no te perdono jajaja-dice en la conversación más abajo

-pues esta bien, no me perdones…-le digo y sigo leyendo mi libro y su ventana suena, dos veces más y decido responderle.

....¿Salgo? , Claro de que si, pero no tiene que saber necesariamente todo de mi… ¿verdad? ;)